La tradición africana desde su sabiduría ancestral posee conjuros esotéricos que resuelven los conflictos amorosos que sin remedio van surgiendo a través del tiempo, el amarre basado en la doctrina yoruba abarca una integralidad de saberes que se alinean en la órbita de un nuevo camino hacia la reconciliación y la paz con el ser amado, el deseo puede impregnarse desde la convicción de un anhelo que se transfigura en eternidad cuando por medio de la deidad Oshun se busca la propiciación de los instantes pasionales y la fertilidad en caso que sea el objeto de búsqueda.
Por medio de la reiteración de las plegarias que incuban el origen de un amor duradero esta la diosa que conoce los secretos del amor verdadero, se logra retener aquella persona que es rehacía al encuentro, que se enclaustra en sí misma y deja pasar el amor hacia lo tortuoso de la vida, todo sucumbe cuando lo espiritual duerme en nosotros, todo impera desde la voluntad divina de la diosa del amor que desde la inmediatez encauza la luminosa obra del idilio que se palpa desde que se inicia el conjuro.
Por medio de los brazaletes de bronce que simbolizan lo más puro de la pasión el hechizo se prolonga en la vasta inmensidad del alma que se anhela, lo cual incuba un recuerdo constante en aquel otro que se quiere, aquello es lo celeste en la vida, lo breve que se hila en la noche más oscura que se habita en el ser de la indiferencia, allí en la obra de majestad de un silencio del alma, retorna ese goce mutuo del amor realizable en el tiempo.
La música que evoca la danza de la deidad es el factor generador de esa línea melódica que va generando el ritual sagrado que es la base fundamental para que el conjuro tome la forma consecuente de un encuentro que se avizora como la forma instantánea de la vitalidad en el ser de la pasión, la hora en que el paso a la desdicha se transfigura en la razón pura del encuentro es el resultado de labrar por medio del misticismo de la diosa oshun la cadena irrompible de la pasión.
La diosa oshun posee las excelsas virtudes que engranan la dicha por medio del símbolo sol, la acechanza hacia el ser amado se invoca como línea restauradora del amor que se hace rastro del eco que mengua la desidia entre ambos, solo pervive ese apego que se avizora como la nítida verdad en los silencios.
El amarre instaura el origen perpetuo de un lazo que se fortalece en la naturaleza del tiempo venidero, del ingenio hacia la vislumbre de las verdades ocultas en el alma de la claridad del amor que nace en la dicha, este amarre se plasma en el hábito que permanece indeleble como ámbito en la aurora de un nuevo comienzo, allí el amor enlaza los tiempos a un devenir como puente hacia el puro amor.
Si quiere conocer con más claridad este conjuro que se fundamenta en los dones espirituales de esta diosa de la cultura yoruba puede comunicarse con nosotros para mayor información puede comunicarse con nosotros vía mensaje de texto o por redes sociales, esta técnica espiritual es totalmente garantizada y con resultados inmediatos, anímense pues porque el portal del amor que se hallaba ausente ha retornado con la bondad y la esperanza para permanecer en el tiempo.
Comentarios recientes